jueves, 31 de enero de 2013

En toda mujer hay una como ella… (Entrevista con Liliana Quijano 2da Parte) 

Personal.
Liliana Quijano durante su educación básica siempre fue tratada como “la niña rara del salón”, era humillada, insultada, “sufría de bullying”, compartió conmigo en la entrevista. Aunque en la actualidad, ser rara para ella es lo que la vuelve tan auténtica, la vuelve lo que es y a mi parecer de alguna forma se siente orgullosa de serlo, pues su definición de ella misma en una palabra, rara fue su elección. 

—Liliana ¿Quiénes son tus influencias? 
—Sade, Pauline Réage y Mario Benedetti entre otros, de los que no me acuerdo ahorita como se llaman. 
—Tus poemas ¿Son cosas que imaginas, deseas o que haz hecho? 
—Son vivencias propias. 
—¿Hay alguna persona en especial que uses de inspiración? 
 —Sí de él se derivan casi todos mis textos 


Las personas cuando escuchan hablar de alguien que escribe erotismo y más aún al leer esas letras, palabras, oraciones, estrofas o textos enteros, imaginan a una mujer u hombre con relaciones sexuales dos o tres veces al día con cinco personas diferentes, idea bastante errónea. Como cualquier persona con sentimientos Liliana cuenta solo con una persona con quien ha vivido cada palabra escrita y es a mi consideración su forma “rara” de decir te amo. 

—¿Estas casada? 
—No 
—¿Tienes hijos? 
—Sí dos hijas, una de diez y la otra de tres 

A veces los papás son muy dramáticos en cuanto a lo que sus hijos hacen, los padres nos aman tanto que cuando hacemos algo que nunca hubieran esperado de nosotros, pueden sorprenderse y felicitarnos o quedar con la boca abierta y salir corriendo. Esto último fue algo que vivió en carne propia la poeta con su padre en una de sus presentaciones. 

—¿Qué opinan tus papás? 
—Mi mamá de plano no me escucha ni en vivo ni en CD, ni me ha leído nunca tampoco, pero respeta mucho lo que hago; Mí papá en una ocasión quiso hacerse el interesado en lo que hacía y huyó a mitad de mi presentación, desde entonces no lo he vuelto a ver en ninguna y esta bien, por que me pone muy nerviosa e igual que mi mamá respeta mi trabajo de escritora. 

Nervios, es algo que uno a veces pensaría que se siente al ser la primera vez en una presentación, el primer día de clases, el primer día de trabajo en la oficina, una exposición y podría ser provocada por las personas que en ese momento nos observen, para nuestra entrevistada, sobre este mundo solo habrían tres personas que lograrían causar nervios, mamá, papá y el muzo. 

—¿Te gustan las medias? 
—Sí pero con el calor que hay aquí en Tabasco comprenderás que es casi imposible estar usando medias. 
—¿Te consideras una mujer erótica? 
—Depende del momento, suelo ser muy coqueta, pero sólo para mi beneficio, así logro entrar a lugares, saltar filas y cosas como esas. 

Al preguntarle, ¿Cómo debe ser un hombre para Liliana Quijano? Me respondió de la siguiente manera: 

“Me gustan los hombres de cabello largo, de pocas palabras y mucha acción... me gustan los hombres con más ideas que su producción de espermas, me gustan los hombres que no piden permiso, los de miembros exactos y placeres bajo la manga, los que saben usar el silencio y exprimirme risas... los que no presumen la colección de huellas sobre su espalda, me gustan los hombres de letras y notas, los que le hacen el amor primero a mi oído antes que a mi piel... me gustan los hombres que me erizan las ganas y saben de hembras que no se doman... que sólo se arrodillan sobre tu cama”... 

—Hacer el amor o tener sexo, ¿hay alguna diferencia para ti? 
—Claro tener relaciones sexuales pues es coger, sólo eso, y pues hacer el amor es algo más íntimo y personal con quien de verdad quieres estar, con quien amas. 
—¿Cuál prefieres tu? 
—Tener sexo con la persona que amo. 

Me explicó y compartió otra diferencia entre el sexo casual y el sexo, “tener sexo casual una vez por semana con la misma persona, ya no tiene nada de casual, ahí ya hay algo ahora si tu una noche conoces a alguien, tienen relaciones y al día siguiente ya no vuelves a saber nada de esa persona pues eso es casual, ahora si se siguen viendo una, dos o tres veces por semana ya no es nada casual”. 

—¿Cómo sería una cita perfecta para ti? 
—En realidad no hay cita perfecta, es perfecta si estoy con la persona que amo sin importar el lugar, el día o la hora mientras este con quien amo, es perfecta. 
—¿Haz cumplido alguna de tus fantasías? 
—Sí casi todas (con el muzo) 

De todas las cualidades con las que pudiera contar esta mujer, señala como las más destacadas el escribir, su descaro que es lo que la ha llevado a escribir las cosas tal cual las piensa ya que no muchas personas se atreven a escribir cosas así y ciertamente concuerdo con ella, así es; y por último la pasión no sólo en lo erótico o sexual si no en todos los aspectos de su día a día. Con mayor facilidad nombró sin pensar mucho su terquedad, su excesiva confianza y el desorden como sus tres mayores defectos. 

—¿Algo de lo que has escrito, lo haz hecho tal cual? 
—Sí, casi todo. 
—¿Consideras que toda mujer cuenta con ese lado erótico y lleno de fantasías que tú narras en tus escritos? 
—Sí, estoy muy segura de que sí, no hay mujer que no quisiera pasar cosas como esas, claro con sus esposos o sus novios. Los hombres a veces creen que por que sus novias o esposas son precisamente eso, no tienen deseo o pasión y van y lo hacen con otras. ¡Oye si quieres hacer cochinadas pues hazlas con quien dices amar, tu que sabes si tu novia o esposa esta deseando que la trates de una manera sucia de vez en cuando! 

Terminamos la entrevista hablando de la combinación entre el recitar un poema y la música, que para ella resulta muy importante y es una mezcla que le gusta mucho y procura que siempre se de en sus presentaciones. Esa noche no iba a ser la excepción, pues a su lado estaba sentado, el joven cantautor y mi compañero Orlando Vai, quien durante la presentación armonizaba los escritos de Liliana y en ocasiones cantaba. 

Durante las más de dos horas y media de presentación, Liliana mantuvo a sus acompañantes atrapados en sus palabras, que siempre acompañaba con movimientos corporales y la pasión que nos dijo era una de sus cualidades, no se si alguna de las cosas que decía tenia diez años de haberlas escrito o más de treinta veces de haberlas recitado, ella sin importar el tiempo, lo leía con la misma intensidad de siempre, con toda claridad. 

Las canciones que la poeta le pedía al músico eran las que más le gustaban, pero cuando Orlando comenzó a elegir por si sólo, no todas le llegaban y cuando había una que sí, sonreía de ironía tal vez, fruncía la nariz y su boca de movía al compas de la letra, incluso en ocasiones como cuenta gotas sus ojos dejaron rodar dos o tres lagrimas. 

Y claro que pregunté quien es el muzo, el afortunado, la adicción, la provocación e inspiración de Liliana Quijano, pero es algo que no reveló y yo aún lo ignoro.

texto: Heber López
fotos: Alexis Perez
edición: Yolidabey Jimenez

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